El técnico uruguayo, que sumó su segunda corona con la “U”, sostiene que tras ganar la Supercopa se afirmó la sensación de que el equipo está mejorando y que puede jugar mucho más. En esta entrevista repasa su año y medio en el club y algo más.
El tono seco y rápido de su voz deja la sensación de que Martín Lasarte, más que pensar en esta entrevista está mucho más pendiente de definir al equipo que esta tarde saldrá a enfrentar a Unión Española. La alegría del título de Supercopa obtenido a mitad de semana ya es un vago recuerdo, porque “Machete” es un convencido de que su equipo aún debe dar mucho más. Pero pasan los minutos, y como buen uruguayo, la entrevista empieza a cautivarlo y a apasionarlo.
Se ha dicho mucho que este título puede servir para mejorar el factor anímico del grupo. ¿Cree que esto es así?
“La obtención de algo siempre es importante, y cuando ese algo es en un momento que no es el mejor, ayuda. Yo que creo que esa es la sensación que nos deja a todos. De todas maneras, creo que lo más importante es la sensación que nos traslada a pensar que el equipo puede dar mucho más y está en franca mejoría, esperamos que podamos ratificarlo a lo largo de lo que nos queda de acá hasta el final”.
¿Cree que los jugadores perciben, después de este título, que se está yendo por el buen camino?
“Yo creo que la sensación siempre ha sido esa, lo que pasa es que hemos tenido mala fortuna o no se nos han dado los partidos como pensábamos”.
Con todo esto, y considerando que aún quedan por jugar los clásicos. ¿El campeonato todavía está al alcance de la mano?
“No, al alcance de la mano no está, eso lo tenemos claro, pero también lo está que no vamos a renunciar. En el fútbol pasa que un equipo que no ha perdido ningún partido, de repente se le empantana uno y empata otro y si nosotros hacemos un par de duelos buenos, y luego les ganamos a ellos, la desventaja desaparece. Hoy, la realidad es esta, pero el torneo no se ha acabado, recién estamos en la mitad y quedan cosas por jugar”.
Por lo mismo, hoy ¿importa más sumar como sea o hacerlo jugando bien?
“Jugar bien solo por jugar bien, no te da nada. Yo creo que hay que jugar bien y ganar, evidentemente, y este es un pensamiento personal, yo sostengo que, a veces, cuando las cosas no salen, porque el rival está mejor que tú, ganar también sirve. Lo que es complicado es jugar mal y perder”.
Un análisis al presente
Sobre esto, existe hoy en día un debate en el fútbol chileno respecto al nivel que tiene el torneo local. Muchos sostienen que es muy deficiente.
“Quizás, los analistas que dicen eso tengan mayor cantidad de elementos a lo largo de los últimos años. Hoy hay mucho futbolista chileno afuera y yo vengo de un país donde esta circunstancia se dio hace diez años. Es decir, no solamente se van los más destacados, sino los que vienen un poco más atrás, e incluso, los regulares y todo eso empequeñece el medio, y te queda la posibilidad de traer algo de afuera, y al final, eso termina complicando”.
¿Cree que medidas como la de la obligación de incluir un juvenil en cancha para sumar una determinada cantidad de minutos va en línea con una receta para que los equipos puedan empezar a andar mejor, por ejemplo, en el extranjero?
“Creo que la medida fue, justamente, considerando que a nivel de Selección no se veía posibilidad de trascender a nivel juvenil, y como intención, parece buena. Sin embargo, a uno como entrenador, a veces eso lo complica, porque tiene otras necesidades. Yo soy el entrenador de la “U”, no de Chile, pero el reglamento es así y hay que aceptarlo”.
Usted hizo debutar a Luis Felipe Pinilla e hizo un gol. ¿Cómo ve el futuro de la “U” en cuanto a los valores formados en casa?
“Está claro que no es lo mismo jugar en la Juvenil que en Primera División, y por eso, la aparición de estos chicos están siendo poco a poco, dentro de lo que podemos. Tanto Pinilla como Diego González han transmitido buenas sensaciones, aunque es claro que aún les queda un camino por recorrer. Hay jugadores como Diego García, Sebastián Gómez-que ya jugó un partido de Copa- y otros más que en el corto plazo le van a dar cosas al club”.
Un año y medio de dulce y agraz
¿Cómo evalúa este año y medio en Universidad de Chile?
“Nosotros llegamos y tuvimos la fortuna, el talento o como se le quiera llamar, de conseguir un título de manera justa en un torneo peleado donde solo perdimos un partido. Después hubo una serie de vicisitudes en el campeonato pasado, donde perdimos varios partidos y se presentó la situación personal que ya todo el mundo sabe, pero luego el equipo le encontró la vuelta y ganamos seis o siete encuentros seguidos. Lo que nos quedó al debe, y ha sido lo peor hasta acá, fue la Copa Libertadores. Y este proceso que está en recorrida, nos tiene desde atrás en el Apertura y bien en la Copa Chile. Nos queda la sensación de que podemos jugar más y esa es la búsqueda diaria en la que estamos”.
¿Usted se siente valorado en la “U”?
“Cuando ganas y eres campeón, prácticamente eres llevado en andas y cuando no ganas, eres abucheado. Eso forma parte de esto, y la realidad es que hoy la gente puede estar descontenta, pero nosotros estamos trabajando para revertir eso. A mí me importa mucho salir de un partido y saber que hay diez, quince o veinte mil personas o más que quedan contentos, pero no soy mago, soy un entrenador y no un fenómeno”.
Su familia no está viviendo con usted acá en Santiago. ¿Esto hace que todo sea más complicado en el sentido de la compañía que todo hombre necesita?
“Mi familia va y viene. A veces la gente me pregunta cómo lo hago cuando estoy triste, pero yo les respondo ¿y cuándo estoy alegre?, porque te lo comes todo solo. No es fácil, pero ya lo tenemos establecido así”.
¿Con qué aspectos de Chile se ha ido encariñando?
“Con los compañeros de trabajo, tanto los de hoy como los que tuve antes. Ellos han sido mi mayor apoyo en momentos complicados, me he encontrado con gente extraordinaria, que están siempre a la orden del día. Después, el chileno de a pie es genial. Yo me he encontrado con muchísima gente de Católica y Colo-Colo y la onda es muy buena, la rivalidad está, pero siempre con mucho respeto.
