Se fue campeón, pero con un paso totalmente olvidable en Universidad de Chile. El nombre de Lucas Ontivero es recordado por los hinchas azules por ser uno de los jugadores que llegó con un extenso currículum bajo el brazo, pero que no rindió como se esperaba.
Corría el año 2017, tiempos en que Ángel Guillermo Hoyos arribaba a la banca de la U para ordenar el camarín y darle una nueva cara al Romántico Viajero, que terminó levantando la copa aquel semestre.
Entre los refuerzos apareció el volante argentino, un joven de 23 años que ya tenía un paso por el Galatasaray de Turquía y que sus tiempos de juvenil jugó por la cantera del Real Madrid, Milán y Tottenham.
Alta expectativas había por el trasandino. Sin embargo, al mediapunta no le dio para consolidarse como figura en el Romántico Viajero, disputando solo siete partidos.
“Me reprocho muchas cosas”
En conversación con AS Chile, Lucas Ontivero, que hoy milita en Cumbayá de la Primera División ecuatoriana, habló sobre su estadía en el Centro Deportivo Azul y cuenta que se farreó su oportunidad en Chile.
Sobre cuáles fueron sus errores, el argentino confesó que “el no cuidarme, nunca tuve a una persona mayor que me agarre de la oreja y me diga ‘no salgas’. Era un pibe rebelde que era conformista por estar en un lugar como la U. Me reprocho muchas cosas, porque es un club tan grande que te exige todos los días y yo no me esforcé al ciento por ciento”.
“Guillermo (Hoyos) y los preparadores siempre me brindaron lo mejor y uno de cabeza hueca no supo aprovechar. También creo que la directiva jugó en contra. Sé que tenía muchísimo para dar, ahora me lamento, pero ya pasó”, explicó.
El futbolista reconoce que le guarda bastante cariño al cuadro estudiantil: “Le tengo un cariño enorme a la institución y a los hinchas, es un club impresionante que me dio todo. Luego de la U me fui a un club de segunda de México (Venados) y me fue bastante bien. Después estuve parado casi dos años por un tema personal”.
¿Si volvería por una revancha? Ontivero reconoció que “sí, sería un sueño, porque me quedé con muchas ganas de disfrutar. No me fue ni bien ni mal, pero ahora que soy más exigente conmigo sé que tenía mucho más para dar”.
