Mientras unos se consolidan en el esquema del entrenador de Universidad de Chile, el argentino Gustavo Álvarez, otros van perdiendo terreno pese a haber sido importantes para el equipo en su momento.
Quizás sea ley de vida, pero hay un jugador que, coincidencia o no, tras un hecho en particular terminó siendo relegado a tal punto que no había entrado ni siquiera en las últimas convocatorias.
Ignacio Tapia y su realidad tras el partido ante la UC
A modo de resumen, uno de los capítulos más confusos en la Era Álvarez fue cuando, en el calentamiento previo del Clásico Universitario de la primera rueda, el defensor Ignacio Tapia se lesiona y queda impedido de disputar el encuentro en el que asomaba como titular.
Esto causó la sorpresa y la molestia del director técnico azul quien no se complicó en exteriorizar su pensar, pues no sólo le cambió lo planeado durante la semana, sino que no estaba al tanto del inconveniente y perdió una opción de cambio al sustituir al zaguero de 25 años por David Retamal. De hecho, para colmo de males, la Universidad Católica les quitaría el invicto de 13 fechas en el torneo.
Tras aquello, el ex Huachipato, que llegó por 1 millón de dólares al Centro Deportivo Azul en 2022, no logró recuperar su puesto en la titularidad, perdiéndose la recta final del Campeonato Nacional.
Tanto es así que, si bien volvió a la convocatoria por Copa Chile, sólo ha disputado 79 minutos en los 3 primeros duelos (ante Municipal Puente Alto y la llave contra San Antonio Unido) y volviendo a quedar en cero en los partidos ante el Everton.
Los nombres que tomaron ventaja ante la situación de Tapia
Tanto en el esquema de tres como de cuatro defensores que emplea de manera alterna Gustavo Álvarez, la pareja de centrales que se ha consolidado ha sido la de Matías Zaldivia con Franco Calderón.
La dupla ha sido inamovible en la oncena del estratega trasandino quien ha encontrado en David Retamal, jugador de 21 años, una alternativa no sólo que cumple con la regla de los Sub-21, sino que también se ha mostrado eficiente a la hora de entrar desde el banco, poniéndole las cosas cuesta arriba a un rezagado Ignacio Tapia.
