Un gran desafío afronta Gustavo Álvarez en la banca de Universidad de Chile. El entrenador prefirió tomar el mando del Romántico Viajero antes que disputar Copa Libertadores con Huachipato, equipo que sacó campeón del fútbol nacional.
El técnico argentino no solamente debe contar con la presión de jugar en un grande como la U, sino que debe encaminar al equipo en una senda de buenos resultados que han escaseado durante los últimos años.
Desde mediados de 2017 que la escuadra estudiantil no levanta una copa en nuestro país y los hinchas, como cada inicio de temporada, renuevan la ilusión de terminar en la cima de la competición. El verso del estratega de querer un equipo ofensivo y protagonista esperan que se plasme en el campo de juego.
“No pensar permanentemente en el pasado”
Producto del duelo amistoso que sostendrá Universidad de Chile ante Unión Española este sábado en Santa Laura, el entrenador trasandino asistió a conferencia de prensa para hablar de este nuevo desafío en su carrera. “Me siento tremendamente motivado“, señaló de entrada el DT.
Sobre sus primeros días al mando del plantel, expresó que está conforme con la capacidad mostrada por sus dirigidos: “Es un plantel de muchas capacidades, con jerarquía, humildad y cuando hay jerarquía más humildad, se puede pensar en grandeza, en grandes objetivos”.
“La única forma de conseguir los grandes objetivos es el día a día, y cada día hacerlo mejor. Hoy, el mejor entrenamiento; mañana, debe ser el mejor. El sábado, el mejor partido; y así superarse”, agregó.
Entrando a la presión que debe cargar por todos los años de la U sin triunfos deportivos, aclaró que el pensamiento anterior “es la única forma que esa mochila no tenga tanto peso. Un equipo de fútbol se puede hacer cargo de 90 minutos y no de 7 años”.
“La suma de buenos 90 minutos y buenos resultados puede descargar esa mochila. Como consecuencia el presente y no pensar permanente en el pasado”, cerró.
